Si crees que no tienes nada que aprender de los demás,
¡te equivocas!
Si un enfermo de alzhéimer, por ejemplo, ha llegado a tu vida, no es casualidad. Está ahí para recibir tu cariño, tus cuidados, pero, seguramente, también para enseñarte muchas cosas. Por ejemplo: ¿has pensado cómo poco a poco, va desnudando su corazón ante ti?
A medida que crecemos, vamos llenándonos de corazas, egos, prejuicios, complejos, pero burlándose del tiempo al romper sus pesadas estructuras de pasados y presentes, el enfermo de alzhéimer va deshaciéndose de los bahúles de toda una vida, hasta llegar a ser esencia pura: ¡sin trampa ni cartón!
Disfruta de este proceso: no todos los días alguien nos enseña su esencia. No todos los días puedes ver cómo una semilla, brota y crece siendo quien tenga que ser o quien, en realidad, dejó de ser.
Por favor, vuelve: vuelve al corazón, aprendiendo del corazón de otros...
¡Feliz jueves!
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