lunes, 13 de enero de 2014

EL CAMINO DE SANTIAGO

¡YA HEMOS VUELTO!


¡ESTÁBAMOS HACIENDO EL CAMINO DE SANTIAGO!


Hola a tod@s:

Ya sé que esta vez he tardado mucho en publicar, pero os aseguro que ha valido la pena. La razón de la ausencia es que nunca me ha gustado la Navidad tal y como la entendemos aquí, con sus comilonas, el consumo atroz, la presión de tener que aguantar a parientes que la lían en estas fiestas o a lo sumo que casi ni los ves el resto del año... En fin: todo esto me suena a decadencia en vez de a "renacer" y a hipocresía en vez de pureza... Además, no me apetecía volver a sentir la ausencia de "Mi madre-niña", ya que la Navidad sí tuvo sentido mientras ella estuvo aquí, precisamente porque era una niña y escuchábamos villancicos, jugábamos con muñecas y esperábamos a los Reyes... 

Así que, con todas estas sensaciones a flor de piel, huimos de esto y, en pleno invierno, Juan y yo decidimos hacer el Camino de Santiago. Antes, ya habíamos hecho algunas etapas en verano, otoño y primavera, pero esta vez la aventura era casi locura, porque fuimos hasta allí, ¡en Navidad! No nos ha dado tiempo a terminarlo (hace falta un mes y pico y hemos dejado la aventura para las siguientes vacaciones), pero los cientos de kms que hemos hecho, han sido una de las experiencias más ricas de nuestras vidas (es inevitable: ya estamos planeando otras rutas y caminos para cuando llegue la ocasión). 

¿QUÉ TIENE EL CAMINO DE SANTIAGO?

Muchos se preguntan -nos preguntamos-, qué tiene el Camino de Santiago. Dejando al margen la religión y creencias de cada cual, podría empezar hablando de desapego: es increíble la sensación de no necesitar casi nada, de empezar a vaciar un equipaje -de cuerpo y de alma- que sólo uno debe llevar durante días, y ver que en tu pequeña mochila está todo lo que necesitas, frente a las miles de necesidades absurdas que nos creamos en este mundo más absurdo aún. Por ello, también muy al margen de las distintas religiones, el Camino es un camino de espiritualidad. 

Espiritualidad en el Camino de Santiago


Y explico por qué lo veo así: el esfuerzo físico, vacía la mente de pensamientos absurdos y, a medida que la mente se va vaciando, como si fueran los vasos comunicantes de Arquímedes, es cuando empieza a aflorar el corazón: libre, sano, niño, auténtico. A partir de aquí, ¡el corazón tiene alas y es el rey!




Entonces, pese a ampollas, agujetas, tirones o alguna tendinitis (siempre te encuentras con alguien que le ocurre algo de esto: de hecho, yo tuve la rodilla mal durante dos días), un bienestar invade todo tu ser porque el espíritu crece y se eleva... ¡Es una purga maravillosa! Y lo pero y mejor a la vez: cuando eres de verdad libre: ¡sale el niño-gamberro que todos llevamos dentro! Es la caña porque ese ¡sí que sabe torear las dificultades!




Naturaleza en estado puro en el Camino de Santiago

Pocas cosas anclan tanto al "aquí y ahora" como la naturaleza. Pocas cosas tienen ese poder de conectarnos, regenerarnos, hacernos pisar y volar a la vez. En el Camino de Santiago los paisajes son espeluznantes y bellísimos. Por eso, es inevitable, pero también podría hablaros de libertad, soledad y superación personal: la libertad de comer cuando tienes de verdad hambre y no cuando lo dice un reloj o la libertad de sentirte solo en campos inmensos, con montañas nevadas, llanuras con charcos y barro, desniveles tremendos, y cómo tú y sólo tú, eres quien debe vencer esos escollos... 



Arte, Cultura e Historia en el Camino de Santiago


Podría hablaros de arte: desde la gastronomía y costumbres de cada lugar, pasando por los museos que se visitan por el camino de el Camino, hasta llegar a unos paisajes cuajados continuamente de románico, para rematar la faena, con la apabullante aparición de las esplendorosas catedrales góticas de las grandes ciudades. ¿Sabéis? Hubo veces en las que necesitaba ver algo feo debido al hartazgo de tanta y tanta belleza (creo que lo llaman síndrome de Stendall). 

Se agradece la alcantarilla al lado del símbolo románico: hay veces que, como dijo Stendall, la belleza es excesiva y ya no puede asimilarse...
También podría hablaros de Historia: el Medievo se apodera de uno y, de repente, sientes cómo esa senda llena de barro y nieve, durante siglos la pisaron caballeros, peregrinos y millones de personas: ¡Guau! 




Convivencia, amigos y enriquecimiento en los albergues del Camino de Santiago


Podría hablaros de amigos: creíamos que en estas fechas no habría nadie, pero hemos tenido la suerte de equivocarnos al conocer a personas maravillosas en los albergues del camino y compartido con ellas recorridos mágicos y a veces hasta muy duros por el barro y la lluvia, pero daba igual: una explosión de colores y personas, compensaba todos los esfuerzos...





Albergues del Camino de Santiago


Por eso, también podría hablaros de regeración por el hecho de volver a dormir en literas, gamberrear en el albergue y convivir en esos entornos-albergues que, desde luego, son parte de lo que debe verse en el camino. Personalmente, y por descontado respetando cualquier opción personal, no me gusta el camino del que se conoce como "turigrino", que va de hotel en hotel y le llevan las mochilas porque al final, no hay diferencia en una ruta de senderismo en cualquier otro lugar. Sé de lo que hablo porque también lo he probado y no es comparable con un camino para mí mucho más auténtico, con mochilas y en albergues (algunos albergues están en Iglesias y en enclaves absolutamente mágicos: por eso nunca recomiendo el camino en hoteles y sí de este modo mucho más auténtico).

El fantástico albergue gótico, en Grañón. ¡Nos dejó sin palabras!

 Compañerismo en el Camino de Santiago


Podría hablaros de compañerismo: compartir el peso de las mochilas, hacer la cena en común, beber un buen vino juntos después de una etapa dura, contarnos secretos y hasta beber un caldo o un café caliente mientras se seca la ropa en las chimeneas del primer bar que te encuentras, tras llegar empapados de lluvia por una caminata atroz... 



Podría hablaros de enriquecimiento: aunque hay de todo en todos los sitios, normalmente son maravillosamente sorprendentes las personas de los lugares que se van conociendo: hay gente sencilla que guarda grandes sorpresas; gente que siempre está dispuesta a ayudar a los caminantes; gente que está ahí, con su alma de hada, para dar amor incondicional al tiempo que te abre las puertas de su albergue:


La maravillosa Ana: hada amorosa del albergue de San Rafael, en Agés: I love you!

Otra gente tiene una historia personal fascinante, relacionada muchas veces con el Camino de Santiago: sólo hace falta vaciarse y no juzgar, para estar dispuesto a recibir esas sorpresas como si fueran maná. 

Con Nuria y Paco: dos hospitaleros maravillosos, del albergue "La pata de oca", en Torres del Río.  Si pasáis por allí, no dejéis de ir a este mágico lugar y disfrutar de sus increíbles hospitaleros. 

Pero también porque además de personas de cualquier rincón de España, en el Camino conoces y coincides con americanos, coreanos y por descontado con personas de cualquier país de Europa; sin embargo, es impresionante cómo muy al margen de los idiomas que hable cada persona (sin duda la experiencia es buenísima para la socialización y para la práctica de idiomas), al final todo el mundo se comunica en un lenguaje común: el lenguaje del compañerismo, la alegría, la amistad y, en definitiva, el lenguaje del Camino. Podría también hablaros de amplitud de miras y lejanía de regionalismos absurdos: conoces y convives con personas de muchos países, edades, condiciones y religión: no es el individuo el que importa, sino el mágico lugar que une a los individuos...

A veces me rdaba risa porque había mezcla de personas que me recordaban a un chiste de esos: "va un francés, un alemán, un americano, un chino y un español... 


Surrealismo o realismo mágico en el Camino de Santiago


Y otra cosa: ¿puedes creer que conoces en los lugares más insospechados a otras personas? Además de los albergues, los lugares en los que a veces producen los encuentros también son surrealistas.... 

Maravilloso encuentro con la fascinante Maribel: en una choza con agua fresca, justo un km antes de llegar a Nájera.


Magia y deseos cumplidos en el Camino de Santiago


Podría hablaros de magia: cientos de lugares con energías "muy especiales". Lugares únicos, esotéricos, extraños pero fascinantes, encuadrados en entornos de los que también debería hablar: una naturaleza fascinante, que además quiso regalarnos paisajes nevados, sol radiante, lluvia, barro, nieve, arco iris y hasta calor: ¡de todo!



De hecho, son muchos los que dicen que cuando se pide algo con fe al camino, se cumple. Mucho más allá de supersticiones, no me extrañaría que esto ocurriese, pero por otra razón: cuando uno se encuentra libre de pensamientos absurdos y deja hablar a su corazón, si desea alguna cosa, la desea de corazón; es decir: que ya no se trata de un capricho que va y viene absurdamente por nuestra psique, sino de un anhelo verdadero, de corazón y con corazón. Y cuando habla el corazón con autenticidad, emite una onda que capta el cosmos y conspira para que se consiga ese deseo... No es magia: es energía... 


Similitud con la vida misma: el camino de la vida y el Camino de Santiago


¿Qué es entonces realmente el Camino? Un recorrido vital, intenso y extenso, cuajado de experiencias y enriquecimiento. Es como el recorrido vital condensado en el tiempo. Y visto así, ¿sabéis qué? Que aunque muchos se vayan quedando por el camino y alguna vez también nos toque a nosotros...



La vida es una camino maravilloso, difícil, complejo pero fascinante.... ¡Y siempre hay luz al final del túnel! 




En fin, que ya sé que me estoy enrollando: este Camino de mi camino, ha sido una experiencia maravillosa, la mire cómo la mire... Por cierto: estoy contenta porque aunque aún queda mucho por hacer, hay bastantes albergues adaptados para personas dependientes: ¡ojalá y nadie pueda verse privado de una experiencia como esta!

El único problema es aterrizar y adaptarte a la vida cuando regresas de algo así. Siempre hay alguien deseando darte la bienvenida y arrastrarte a su mundo oscuro; siempre hay energías difíciles que no soportan la luz... Pero, ¿sabéis qué? Que nada ni nadie puede robarnos el alma... Que nada ni nadie puede "quitarnos lo andao..." (con kilómetros interiores y exteriores), así que sólo me queda despedir este post, con la maravillosa frase típica del camino de Santiago: 

¡BUEN CAMINO!





Podéis ver muchas más historias interesantes sobre el Camino de Santiago, en el blog de Juan:





1 comentario:

  1. Me encanta esta entrada. Es verdad que no tiene que ver con el alzhéimer, pero sí con un amor y una espiritualidad increíble e indispensable para poder relacionarte con la enfermedad. Una cosa: ¿recomendarías el Camino en Navidad antes que en verano? La verdad es que lo hice en agosto hace años y fue un agobio asqueroso. Creo que después de leer esta entrada, el año que viene me apunto. Un saludo y gracias.

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